Al contemplarla, es inevitable acordarse de la indefensión que sufren, especialmente, los públicos objetivos de determinados programas. Pero sobre todo, me es inevitable acordarme de mi pobre abuelita, sola frente a su televisor y sin nadie que le advierta de que el mundo no es tan peligroso como lo pintan en El programa de Ana Rosa o que no todos los homosexuales responden a los cánones de El Diario de Patricia.
jueves, 5 de marzo de 2009
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2 comentarios:
ramonchu, ayuda a la abuelaaa!!
Te felicito!! por la denuncia, el humor, y todo el blog en general que me ha parecido muy bueno, y tan humano!!!Lo de la abue esta fantastico. Te seguire visitando, me alegraste con ese humor que dice MUCHO MAS QUE MIL PALABRAS.
Silvia.
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