martes, 23 de septiembre de 2008

OTRA TELE ES POSIBLE

“TODO ESTÁ EN CALMA. STOP
NO HAY PROBLEMAS. STOP
NO HABRÁ GUERRA. STOP”

Éste fue el telegrama enviado por Frederick Remington, dibujante del New York Morning Journal, a su jefe, William Randolph Hearst, al llegar a La Habana justo antes de que estallara el conflicto entre americanos y españoles en 1898.
El magnate de la prensa estadounidense, le contestó con otro telegrama que decía:

“USTED PROPORCIÓNEME ILUSTRACIONES. STOP
YO LE PROPORCIONARÉ LA GUERRA. STOP”

Entendemos el poder de los medios de comunicación, como el alcance, impacto e influencia que tienen sus mensajes sobre la audiencia.
La historia ha corroborado que unos media gestionados adecuadamente pueden influenciar enormemente a la masa. No sólo tenemos el ejemplo de la citada Guerra de Cuba con la prensa escrita, ocurrió en las dos Guerras Mundiales con el cine, o en la Guerra de Vietnam con la televisión, entre otros muchos ejemplos.
Aunque los medios de comunicación no sólo deben ser analizados desde el ámbito político, sino también desde el económico y el sociocultural.

En la actualidad, y a pesar del desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, la televisión sigue siendo el medio de comunicación con mayor impacto social. Tiene gracia ésta afirmación realizada desde un blog. Pero es la realidad de la mayoría de los hogares, en los que es mayor el número de televisores y de antenas sobre los tejados que de conexiones a Internet. De hecho, en el mundo occidental es normal encontrarse con familias con un televisor en cada una de las habitaciones de su casa.

El invento de la tele parece tener que ir siempre vinculado a expresiones como sociedad de la información o revolución tecnológica. Expresiones adoptadas como descripciones objetivas del tipo de sociedad en la que vivimos.
La realidad es que hoy nos encontramos con unos medios de comunicación en los que predomina la lógica industrial frente a su responsabilidad como instituciones sociales. Esto nos lleva a una televisión en la que los medios de producción de la información son más importantes que los propios contenidos. Donde a su vez, los contenidos y las audiencias son convertidos en pura mercancía. Donde existe una marginación hacia las voces alternativas. Donde los mensajes son homogéneos y siempre tienen el mismo origen, disminuyéndose así la diversidad y ayudando a la estandarización cultural. Y donde los intereses privados prevalecen por encima del interés público.

Este blog sería un error si pensase que la tele no tiene nada bueno. Por qué lo tiene. Empezando por la propia naturaleza del medio, que hace posible conocer realidades remotas en directo, jugando con la unidad del espacio y el tiempo.
La tele posee una aplicación educativa y constituye un elemento de dinamización cultural. Donde las subculturas y tendencias diferentes se pueden dar a conocer. Y donde tengan cabida nuevas formas de contenidos.

Aunque me conformaría con una tele que fuera un poco más responsable con el papel que le ha tocado jugar.

Ánimo, que otra tele es posible y mucha la gente que trabaja en ello.

1 comentario:

Puntdvista dijo...

benvingut a la xarxa!
estic content que veuret per aquest mons dels quals tan hem parlat!

seguirem els teus comentaris, per ara, bona declaració de principis!
salut i tele!

 
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